This feelings taking control of me and I can't help it
Hay días en que todo es perfecto. La suerte se pone de tu
parte, el mundo se vuelve tierno y los abrazos llenan ese vacío. Luego, hay
días como estos. Días en los que sientes que vas a explotar. Días en los que
nada es suficiente, donde ese vacío se apropia de todo tu cuerpo. Sin piedad,
sin pedir permiso. Ese vacío te acompaña todo el día… Eso que es nada, te impide
hacer todo.
Ya sabéis de lo que hablo ¿no? De ese vacío que se siente al
sentirte chiquitita. Ese que se forma al darte cuenta de que por más que lo
intentes, por muchas ganas que le pongas, jamás conseguirás destacar. Siempre
serás una de esas miles, una entre millones. Nada es suficiente. Ni si quiera
cuando te dejas toda el alma en ello.
Y lo peor, lo que más duele… Son esas otras personas. Esas
que están tan repletas de magia que consigue destacar sin esfuerzo alguno. Esas
que con tan solo un gesto, una palabra, un texto, ya lo tienen todo. Duele
sentirse tan pequeña, como un punto insignificante en este enorme universo.
Yo solo pido algo de claridad, algo de fuerza… Algo que me
ayude a seguir a pesar de todo, algo que me haga creer que mis esfuerzos
valdrán la pena. Algo, sea lo que sea, que me ayude a destruir estas enormes ganas
de mandarlo todo a la mierda.
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